La odontología moderna es una combinación poco común de:
Ciencia: porque se basa en evidencia, anatomía, biología, patología y farmacología.
Técnica: porque requiere precisión, habilidad manual y dominio de instrumentos.
Arte: porque cada restauración estética es también una obra visual, armónica y personalizada.
Servicio: porque se trata de personas, no solo de dientes. De escuchar, de acompañar, de transformar la experiencia del paciente.
Un buen dentista ya no es solo quien domina una técnica. Es quien sabe cuándo aplicarla, cómo comunicarla, y cómo integrarla a la vida real del paciente.